
Nazareth Black: Una mujer feliz

La realidad que vivió Nazareth Black desde muy joven fue compleja, ella considera que tuvo que enfrentar muchos estigmas como ser madre adolescente, en una condición de pobreza importante, dentro de una familia con violencia doméstica.
“Tuve que estudiar y trabajar con la responsabilidad de ser madre, cargando una serie de prejuicios culturales en donde pensaba que los hombres eran malos porque era lo que había vivido en mi casa, además de la pobreza”, recordó.
Estos prejuicios y miedos provocaron en Nazareth que viviera a la defensiva, a lo que se sumó el que entrara a una industria dominada por hombres, que aumentó esta dificultad de salir adelante.
“Viví situaciones que toda mujer de cualquier edad, en cualquier lugar del país vive, como el acoso. Fui una mamá muy joven, mujer en una industria de hombres, sin experiencia, luego manejando un negocio sin conocer a fondo el sector, lo que no me daba credibilidad. Además, no venía de una gran familia de estirpe empresarial”.
Cuando empezó a tomar conciencia del tema de género, Nazareth Black lloraba por el nivel de frustración que vivía. “Cuando me tocaba trabajar con una mujer yo esperaba demasiado, creía que me ayudaría por ser mujer y a veces era peor. Me di cuenta de que en esta industria había que cuidarse de los hombres y de las mujeres por el nivel de competencia tan feroz. Mi recuerdo de ese tiempo es que me sentía muy sola, hasta que entendí que no porque algunas mujeres habían sido mala onda conmigo significaba que todas éramos iguales”.
Ese punto de inflexión le permitió salir a buscar a quienes empataban con el estilo de Nazareth Black y con las cuales podría colaborar de manera más eficiente. “Además tenía que aprovechar lo que iba consiguiendo, los privilegios que se me iban otorgando gracias al crecimiento que tenía para ayudar a otras mujeres. Allí fue cuando empecé a identificar a las mujeres con las que compartía la misma línea de pensamiento, les fuí otorgando un espacio para construir juntas un camino profesional si así lo decidían”.
Nos compartió que la industria automotriz es una jungla masculina en donde los más decididos y feroces son los que tienen éxito, lo cual hace muy difícil el camino para cualquier mujer.
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